Métodos de Aprendizaje:
DOMAN
Este método está dedicado con la iniciación a la lectura.
El programa de intervención que se va a desarrollar se dirige al último curso del
primer ciclo de la educación infantil, es decir, a niños y niñas de dos y tres años.
Las finalidades principales son:
✓ Iniciarse en las habilidades lectoras.
✓ Potenciar el gusto y disfrute por la lectura.
El lenguaje hablado de los niños pese a ser inconsciente, es sofisticado, poseen
una gran variedad de vocabulario mientras que la visión no es tan sofisticada.
Los niños poseen un sistema visual organizado, que le permite reconocer e identificar los objetos, y
que además los conecta a las áreas del lenguaje para poder nombrarlos, pero, esta
capacidad del cerebro no se parece en nada a leer una palabra. Antes de que uno aprenda
a leer, todas las palabras escritas se parecen y para aprender a distinguirlas, existe una
región del cerebro que debe especializarse.
Está situada en el hemisferio izquierdo, en
una región muy específica de la corteza visual que llamamos “área de la forma visual de
las palabras”, también podríamos llamarla “caja de letras del cerebro”, porque concentra
todos nuestros conocimientos visuales acerca de las letras y sus combinaciones (Cohen et
al (2000).
A medida que aumentamos las letras o palabras conocidas, esta parte del
cerebro se va desarrollando, se va incrementando en proporción con la habilidad lectora:
cuanto mejor sabemos leer, más responde (Shaywitz et al (2002).
Uno de los primeros cambios que se producen casi desde un primer momento, es
en las áreas visuales que reciben los estímulos llegados de los diferentes sectores de la
retina.
Leer conlleva una alta precisión en la visión para poder identificar los datos
visuales y es por ello que comporta grandes esfuerzos en su aprendizaje, pero que a su
vez aporta grandes beneficios. En el lector experto, este refinamiento de la precisión
visual se traduce en un aumento de la actividad en las áreas que codifican la información
procedente de la zona horizontal de la retina, aquella en que se sitúan las letras. De este
modo, leer refina la precisión de la visión (Dehaene et al (2010)).